lunes, 11 de octubre de 2010

WoWeces: La venganza de Thrall (II)


[I] [II] [III]
Entre vítores y rugidos, los guerreros echaron a correr hacia la plaza principal de la ciudad, aniquilando a todo aquél que se encontraba en su camino. Para obtener una victoria completa, decidieron dirigirse hacia la puerta principal de Ventormenta, el lugar en el que solían reunirse los luchadores de la Alianza de más alto nivel, para acabar con ellos en su propio terreno...

Craso error.



Aunque henchidos de orgullo y fiereza, nos encontrábamos debilitados por la reciente batalla, y los paladines humanos frenaron nuestra embestida. Algunos conseguimos huir y ocultarnos en la espesura del bosque de Elwynn, pero la mayoría perecieron.

Desmoralizados y agotados, el resto decidimos que sería mejor retirarse por el momento. Sin embargo, en lugar de regresar a Orgrimmar, optamos por viajar a la ciudad élfica de Darnassus, en la isla de Teldrassil. Habíamos asesinado al Rey Varian Wrynn; los humanos no tardarían en enviar mensajeros al resto de ciudades de la Alianza para pedir refuerzos. Era el momento de atacar, antes de los Elfos de la Noche se enteraran del ataque y que reunieran a suficientes soldados como para pararnos los pies.

Por suerte, contábamos con brujos en nuestras filas. Los brujos poseen la habilidad de crear puertas dimensionales por las que trasladar rápidamente a ejércitos enteros. El brujo, preferiblemente escoltado, tiene que viajar a la zona a la que transportar al resto, y eso hicimos. Tres de nuestros jinetes más rápidos escoltamos a nuestros brujos hasta el puerto de Auberdine, en el extremo septentrional de Kalimdor, un largo viaje a través de las tierras de la Alianza. Una vez en el puerto, los brujos comenzaron a invocar a quienes quedaban con vida de nuestro ejército.



Cuando fuimos suficientes, requisamos un buque y nos dirigimos a la isla de Teldrassil, hogar de los Elfos de la Noche. No encontramos demasiada resistencia por el camino. Fue relativamente fácil abrirse paso hasta Tyrande Susurraviento, la Suma Sacerdotisa de Darnassus.



La batalla contra Tyrande fue encarnizada. La elfa manejaba el arco con destreza, y muchos cayeron intentando alcanzarla. Incluso a corta distancia, su magia diezmaba a nuestras huestes.



Sin embargo, pronto conseguimos desarmarla y se quedó sin poder para lanzar más hechizos, por lo que sólo fue cuestión de tiempo que cayese. Y cayó. Tras más de diez mil años, la luz de sus ojos se extinguió. Los elfos llorarían su muerte durante mucho tiempo.



[I] [II] [III]


La foto de hoy ilustrará una famosa canción basada en World of Warcraft. I am murloc!

2 comentarios:

  1. salir corriendo para salvar la vida???
    Vergüenza tendria que daros... ah, espera, que vosotros sois la horda... demasiado tiempo jugando como humano, sorry >.<

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  2. miserables horda , tuvieron q huir a refugiarse debajo de cualquier roca por el temor a al poderosa alianza , escupo en vuestras caras

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